Por Dilian Francisca Toro
Uno de los principales patrimonios de un líder es la confianza que despierta en su comunidad. Esta confianza se hace indispensable y hay que recurrir a ella en momentos de confusión y crisis, tal como ocurre actualmente en el mundo, y en el Valle del Cauca en particular, frente al impacto social, económico y de salubridad a causa de la pandemia y la crisis social.
Parte del éxito de un dirigente recae en valorar el diálogo con la comunidad para la cual trabaja. Atender con humildad la crítica y abrir espacios para la discusión. Articular y generar un liderazgo colectivo que ofrezca confianza será positivo para toda la sociedad en un momento en que necesitamos unión, aún en la diferencia.
Desde mi experiencia en el caso del ejercicio de la administración pública, ese liderazgo se construye si se convoca a todos los sectores de la sociedad como el sector privado, el sector público, la Academia, las organizaciones sociales y escuchando a las comunidades respecto a sus necesidades más sentidas, para luego ejecutar proyectos que respondan a esas necesidades a través de una gestión efectiva, transparente y participativa, porque es haciendo las cosas bien como un líder genera confianza ante su comunidad.
Entendiendo la necesidad que existe de mantener renovado el liderazgo de nuestra colectividad, el Partido de la U está desarrollando el programa ‘Líderes para Confiar’, una convocatoria para dar el aval, capacitar y financiar la campaña de personas, líderes que aspiren por sus listas a las elecciones del Senado en 2022.
Se trata de un espacio para que las mujeres, los jóvenes, minorías étnicas, deportistas, comunidad LGTBIQ, víctimas, ambientalistas y otros colectivos de la sociedad tengan candidatos propios al Senado de la República. De este modo, dejando de lado todo tipo de diferencias vamos a luchar como región y como sector, por un mejor país, porque sabemos que solo juntos lograremos recuperar a Colombia.
Y es que nuestro partido, que fue fundado sobre la base de fortalecer las instituciones, superar la injusticia social y consolidar el estado social de derecho, tiene un gran compromiso con el país: el de asumir un liderazgo en el que proponga a los colombianos soluciones responsables para ganarle la batalla al desempleo, a la informalidad y a la desigualdad y lograr así la paz y la reconciliación que estamos llamados a consolidar.
Como guías de nuestra comunidad tenemos que ser capaces de evolucionar y adaptarnos a los cambios, teniendo como base los principios de unidad, de lucha por las regiones a través del diálogo social, para que por la vía de consensos ciudadanos nos convirtamos en los arquitectos del futuro.
Por eso, en esta oportunidad, invito a nuestros lectores a que reflexionemos sobre la importancia del liderazgo como un vehículo fundamental para impulsar los sueños de todos los colombianos que trabajan por transformar la sociedad. Nuestro país necesita más líderes para que la gente pueda volver a confiar y a sonreír.
