Por José David Name Cardozo, Senador de la República por la U
Bajo una gran ola de violencia e inseguridad se encuentra la ciudad de Barranquilla y su Área Metropolitana. La problemática, que se incrementa con el paso de los días, se ha vuelto insufrible para los ciudadanos, quienes claman por el restablecimiento de la tranquilidad en las calles, que solo se logrará con el más profundo compromiso institucional y la inmediata intervención del gobierno nacional.
Escondidos en el miedo, los barranquilleros no hallan respuestas, ni resultados frente a la escalada que sigue teniendo la criminalidad. Ante este escenario de asesinatos, atracos y extorsiones que no dan tregua, requerimos el apoyo total del gobierno, así como el diseño de un plan contundente que toque cada uno de los eslabones de la cadena criminal, de tal manera, que se asesten golpes medulares que exterminen el mal de las mafias criminales y la delincuencia organizada, aquella que hoy tiene a Barranquilla y los municipios, principalmente Soledad, en sus manos.
Pese a los esfuerzos de la Fuerza Pública, con las capturas realizadas, las labores de inteligencia y el incremento del pie de uniformados, sigue avanzado a grandes pasos el crimen organizado y la delincuencia común. No se trata de responsabilizar a un gobierno nacional, ni a una administración departamental o distrital de lo que hoy apreciamos, pero sí de llamar la atención de los conductores actuales de la vida pública para que, en un verdadero frente común con la sociedad civil, den las respuestas y pongan en marcha los planes que se esperan contra la indignante inseguridad y en favor del desarrollo social y económico.
Fuertes estructuras criminales se han enraizado en Barranquilla y su Área Metropolitana, independientemente de otros factores sociales generadores de violencia; Alcaldía, Fuerza Pública y Fiscalía, tienen que multiplicar sus esfuerzos contra la inseguridad y evitar que la ciudad se siga desangrando y saliendo de las vías por culpa de los violentos y los irresponsables, asimismo es pertinente que se redoblen los esfuerzos para que la inoperante judicialización de los criminales no anule la lucha de la Fuerza Pública en procura de su captura.
Necesitamos la coordinación y dirección del señor Presidente Gustavo Petro Jefe y su Ministro de Defensa. Es importante que la Nación le ponga la cara a la gravedad de la situación no porque lo estemos pidiendo, sino porque esa es una obligación constitucional y legal en cabeza del Jefe de Estado. La situación de Barranquilla y el Área Metropolitana, es bastante complicada y merece toda la atención del caso.
Solicitamos de manera respetuosa al Presidente Petro, la realización de un Consejo de Seguridad en el Distrito. Barranquilla demanda un plan integral de seguridad por parte del Ejecutivo, la Gobernación del Atlántico, la Alcaldía Distrital y la fuerza pública, combinados con los organismos de inteligencia y el aparato judicial, para asestar duros golpes a las estructuras del crimen organizado. En estos momentos, la inseguridad es el factor que más agrede y más amenaza la estabilidad social de los barranquilleros. Por eso, desde nuestra ciudad lanzamos un S.O.S al gobierno nacional.