Por José David Name Cardozo
Senador de La U
La delicada situación económica que persiste en el país, exige la atención urgente por parte del Gobierno Nacional. Mejorar las proyecciones para este fin y comienzo de año debe convertirse en uno de los principales focos de la agenda económica gubernamental. Necesitamos nuevas medidas que nos permitan afrontar el impacto de la inflación, así como extinguir las posibilidades de una recesión.
El panorama económico actual muestra signos de agotamiento en los distintos sectores. Si bien en el último informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la inflación en Colombia llegó al 10,99 % al comparar septiembre de 2023 y con el de 2022, completando un sexto mes consecutivo a la baja. Los aumentos en los precios de los alimentos, entre agosto y septiembre, se encuentran en un promedio del 0,74 %. Además, del fuerte jalonamiento que siguen causando las categorías de agua, electricidad y gas.
Por otro lado, los descensos en la industria y el comercio, mantienen sus saldos en rojo. Según el Dane, la producción de la industria manufacturera registró su sexto mes consecutivo de caída con un 8,6 %. El pasado mes agosto, las ventas del comercio minorista se redujeron en un 10 % en comparación con el mismo período del 2022. Persistentes tendencias que están impactando la dinámica productiva del país.
Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía colombiana, aunque más alentadores, siguen siendo preocupantes. De acuerdo al FMI, este 2023 la inflación en Colombia terminaría en un 11.4%, ocasionando un fuerte aumento en los precios y disminuyendo la confianza económica de los colombianos, que ya se encuentra menguada. Según la Encuesta de Pulso Social para el trimestre abril – junio, el 53,9 % de los colombianos siente que la situación económica de su hogar comparada con la de hace 12 meses está peor o mucho peor, mientras que el 37,9% dice que está igual y apenas un 8,2% considera que le está yendo mucho mejor.
Bajo el actual escenario económico, resulta totalmente desafortunado e inconveniente que el Presidente Gustavo Petro coloque en riesgo las relaciones exteriores y comerciales con Israel, país que anunció hace unos días, la detención de las exportaciones de seguridad a Colombia. Es urgente menguar las preocupaciones y tensiones en materia política nacional e internacional, económica y tributaria, que han prosperado de manera contraproducente en el país.
El momento actual requiere más que nunca sensatez y claridad por parte de un Ejecutivo, que esté a la altura de la delicada coyuntura. Necesitamos un Gobierno que proteja e incentive el desarrollo económico en los sectores que tradicionalmente han sido jalonadores como el campo, la construcción, la industria y la infraestructura. Hay que impulsar planes que fomenten la inversión, el crecimiento de la economía y la generación de empleo.
No estamos para que se produzca más incertidumbre, se está impactando de manera dramática la economía nacional, por lo que necesitamos atraer inversiones y generar garantías. Proteger la economía es clave para mantener el desarrollo y dinamismo de la economía nacional.