A lo largo de mi vida me he caracterizado por trabajar en beneficio de mi país de la mejor manera posible y esa ha sido mi prioridad. Sin embargo, por primera vez en mi trayectoria pública, el cuidado de mi familia está por encima del agite de una campaña política en cabeza propia, y siento el llamado del corazón y la razón que me dicen que tengo que privilegiarlos en estos momentos.
Este llamado ocurre en un momento de la vida en el que pienso que debemos tomar decisiones dejando de lado los intereses individuales para privilegiar los colectivos; en el que debemos valorar más la vocación de servicio, más allá de cualquier pretensión individual.
Por eso, en el contexto de estas reflexiones y tal como lo anuncié la semana pasada, tomé la decisión de no ser candidata en la consulta que se realizará el próximo 13 de marzo. Se trata de un paso en mi vida política que compartí con la bancada de mi Partido, la cual entendió mis razones.
En el futuro próximo mi atención estará centrada en cuidar la salud de mi familia, trabajar en fortalecer mi partido, así como a acompañar y sacar adelante la coalición del Equipo por Colombia. Creo profundamente en esta coalición cuyos principios están alejados de todos los Extremos. Somos un colectivo de líderes que privilegian a los ciudadanos, que asumimos el cambio dentro del respeto por la institucionalidad, la democracia y las libertades y que reconoce que el país se construye desde las regiones.
En la Colombia profunda y olvidada, estos valores hacen parte de esas pequeñas cosas que construyen una mejor sociedad como la transparencia, la seguridad, la posibilidad de expresarnos libremente y la tranquilidad. También, el poder confiar en el vecino e incluso, en el líder que sí trabaja de corazón por su gente.
De otra parte, el Partido de Unión por la Gente, en su proceso de escuchar para cambiar, ha decidido buscar la presidencia de la República con Enrique Peñalosa, un líder que al igual que nuestra colectividad se ubica en el centro de las tendencias políticas y posee una probada experiencia en lo público.
Son varias las razones que nos llevó a tomar esta decisión. Peñalosa es un extraordinario gerente que realizó una valiosa labor como alcalde de Bogotá en dos oportunidades en un proceso en el cual logró transformar aspectos como la movilidad, la educación y la salud de la Capital, manejando con pulcritud los recursos públicos y privilegiando el hacer en favor de los ciudadanos por encima de cualquier otra cosa.
Con él nos unen los mismos principios e ideales para trabajar por Colombia, sin intereses particulares. Fue así que, para la entrega del aval del Partido para que sea nuestro precandidato a la consulta del 13 de marzo, firmamos un documento sobre ideas programáticas que están enfocadas en aspectos como institucionalidad y liderazgo colectivo, transformaciones sociales, desarrollo sostenible, seguridad y protección de los derechos constitucionales, la lucha contra la corrupción y por supuesto, uno de los legados más importantes, el trabajo por la Paz.
De este modo, Enrique Peñalosa será el candidato propio de nuestro Partido que encarna todos nuestros nuevos valores. Él tiene como reto liderar la batalla definitiva: la de ganar la presidencia por y para la gente, por y para los colombianos.
Por mi parte, en medio de estas decisiones del corazón y la razón, seguiré trabajando para impulsar acciones que busquen fortalecer la democracia. Estoy convencida de que no es momento de extremos y que debemos pensar en un gran acuerdo nacional para sacar adelante los enormes retos que requiere el país y construir soluciones para lograr las transformaciones sociales, económicas y ambientales que tanto necesitamos para que los colombianos volvamos a confiar.